domingo, 24 de julio de 2011

EL PORTERO JUSTO VILLAR, DE SUPLENTE EN SEGUNDA A HEROE EN LA COPA AMERICA


El domingo pasado, Justo Villar entró a la conferencia de prensa del estadio Único de La Plata en estado de shock: parecía que acababa de cruzarse con Dios. Que Brasil te dispare 26 veces al arco, incluidos cuatro penales, y no te convierta ningún gol, debe ser el cielo para cualquier portero.

"Un partido más duro que esto es imposible", resopló el arquero paraguayo, que el miércoles contra Venezuela volvió a ser la figura del finalista más extraño de la historia de la Copa América y, tal vez, del fútbol mundial: un equipo que no ha ganando ningún partido, que no hizo ningún gol en cuartos de final ni en semifinales y que, sin embargo, está a un partido de ser campeón.

Si Paraguay es el antifinalista, Villar es el antihéroe. Lionel Messi, Neymar y Alexis Sánchez confirmaron en este torneo que la lógica del fútbol mundial pasa por jugadores que brillan en sus clubes y sufren en sus selecciones. Lo del portero paraguayo es al revés.

Villar se pasó la temporada sentado en el banco de suplentes de un equipo de Segunda División de España, el Valladolid. Desde afuera del campo de juego del estadio José Zorrilla miraba cómo Javi Jiménez, un joven surgido de las inferiores de ese club, le sacaba el puesto.

"No sé por qué los técnicos no confían en mí", se quejó este año en España: desde que Villar llegó al Valladolid, en 2008, pasaron seis entrenadores y sólo uno le dio la titularidad, Onésimo Sánchez. Los otros -José Luis Mendilibar, Javier Clemente, Antonio Gómez Pérez, Abel Resino y Miroslav Dukic- siempre encontraron otro arquero en quien confiar antes que el paraguayo.

Las desventuras comenzaron en su primer año en España, cuando el Valladolid estaba en Primera y Villar perdió el puesto con Sergio Asenjo: los 18 partidos que el paraguayo jugó esa temporada fueron cuando su colega estuvo lesionado. En su segunda temporada, cuando el Valladolid descendió, alternó en el puesto con Jacobo. Y con su equipo ya en Segunda División, en el torneo 2010/11, fue suplente de Javi Jiménez.

Pero a la vez que sufría en España, Villar siempre fue un intocable en Paraguay. En 2010 en el Mundial, y este año en la Copa América.

"Villar es el mejor arquero de la Copa América. Ha hecho un torneo extraordinario, y de paso su actuación viene muy bien para dejar de lado ciertos preconceptos que existen en el fútbol, como que un arquero que no tiene continuidad en su equipo no puede atajar en su selección", dijo el entrenador paraguayo, Gerardo Martino.

"Justo casi no fue titular en Valladolid, y siempre se dice que quien no juega en su club no puede jugar en su selección. Este caso debería servir para revisar lo que se dice", agregó el técnico.

Valladolid ya no tendrá revancha con Villar, ni viceversa: antes de la Copa América, el arquero firmó contrato con Estudiantes de La Plata. Mañana, en la final ante Uruguay, el mejor arquero de la Copa puede cerrar la parábola de suplente de Segunda División a rey de América.
Fuente: www.lavanguardia.com

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