lunes, 19 de septiembre de 2011

DAVID RANGEL PORTERO DEL ALAVES: "SUPLO LA FALTA DE ALTURA CON OTRAS VIRTUDES"



¿Cuáles son sus primeras impresiones de un club un tanto peculiar por esta simbiosis que se ha producido entre fútbol y baloncesto?
Es un club en el que se quieren hacer las cosas bien, muy profesional porque la gente que ha entrado ahora es muy seria. Viene de hacer bien las cosas en el Baskonia y eso se nota y es muy importante para la estabilidad del club, para que todo funcione bien y esté en orden. El futbolista ve y siento eso y es algo que ayuda mucho en el trabajo diario.
¿Conocía usted todo esto antes de firmar por el Alavés?
Sí que conocía la situación, que había entrado gente nueva, concretamente del Baskonia. A mí me gusta mucho el baloncesto y ver dónde está el Caja Laboral estos últimos años y eso no se consigue así como así. Es señal de que detrás hay algo muy importante que hace que se sostenga. Cuando sale esa posibilidad lo ves con muy buenos ojos porque sabes que vienes a un sitio donde hay seriedad, profesionalidad y eso te va a hacer seguir creciendo.
Para usted, con experiencia en el Valencia, lo de estar en un club grande no supone una novedad, más aún cuando ha conocido las grandezas y las miserias del fútbol.
Desde que salí del Valencia, donde estuve diez años, realmente no me he encontrado en una situación de profesionalidad hasta que he llegado al Alavés. He pasado por varios clubes y he vivido la cara más amarga del fútbol, como el año pasado en Castellón. Ahora vuelves a la profesionalidad, al tratamiento al futbolista de élite y se te renueva la ilusión, te hace exigirte todavía más para que las cosas salgan bien.
Ha pasado en unos meses de la incertidumbre total del Castellón a la seguridad absoluta del Alavés.
Como pasar del cielo al infierno o de la noche a la mañana. Es la antítesis del año pasado, que fue un desastre lo miraras por donde lo miraras. En lo deportivo, lo económico, lo institucional... Todo. El año pasado era improvisación y desamparo total, un auténtico caos. Ahora es lo contrario, que siempre ha sido lo normal en el fútbol, aunque parece que ahora lo habitual es lo otro. Para que un club se sostenga y tenga perspectivas de futuro, tiene que pasar lo que pasa aquí, así que no tengo ninguna duda de que el Alavés va a crecer y ojalá sea este año.
Pese a ese mal año, se le abre una puerta como la del Alavés.
No te puedes quedar pensando lo mal que lo estás pasando y yo soy un luchador. Tenía claro que personalmente debía trabajar y ser competitivo y eso me ha abierto las puertas del Alavés. A través de Barroso, que era mi director deportivo en Castellón, se abre esta vía. El acuerdo fue fácil porque me explica la situación del club y lo que se pretende hacer. No surgieron dudas. Me apetecía cambiar de aires y de grupo. Había visitado Vitoria y la recordaba como bonita y acogedora y no me costó mucho decidirme.
¿Cómo está siendo este inicio de curso en el que le están haciendo trabajar tanto?
El equipo se está poniendo habitualmente por delante en el marcador y es normal que el rival apriete y te vengas para atrás, pero tenemos que mejorar poco a poco en todos los aspectos. Somos un equipo completamente nuevo y tenemos que conocernos todos mucho mejor. Para eso se necesita tiempo, pero mientras llegue hay que sumar de tres en tres porque el objetivo es estar arriba. Cuando mejoremos, mucho mejor. Mientras tanto, hay que ganar porque eso ayuda a dar pasos en la mejoría.
En el caso del portero y la defensa, la confianza mutua es una de las claves y el hecho de ser todos nuevos puede ser un obstáculo en estos momentos.
Pues sí. Hay muchas jugadas, por ejemplo a balón parado, en las que lo importante son los automatismos. Saber cómo hay que situarse, cómo hay que atacar el balón, hacia dónde hay que despejar, si hay que estar pendiente del de detrás, de si el compañero llega al rechace o no... Son cuestiones de máxima concentración y de tener despiertos los cinco sentidos. También es verdad que en jugada no nos han hecho ningún gol, así que también tenemos cosas positivas. Cuando el equipo se conozca mejor y defienda de verdad como un bloque, todo eso se corregirá.
En lo personal, tendrá ganas de dejar la portería a cero un partido para que desaparezca esa psicosis que se crea cuando algo negativo se repite muchas veces.
Es por ejemplo lo que nos está pasando con la estrategia. Te meten un gol, te meten otro y cuanto más te obsesionas más parece que te van a marcar en este tipo de acciones. Estás deseando que pase esa acción, que pases desapercibido, pero cuando te relajas y no lo afrontas con valentía es cuando te viene el gol. Esa obsesión hay que quitársela cuanto antes y es fundamental no tener miedos y ser valientes. Esperamos dejar pronto la portería a cero porque no es fácil remontar y marcar un par de goles todos los días.
Hemos visto en este inicio de curso que es usted un portero atípico, sobre todo desde el punto de vista de la altura. ¿Cuántas veces ha salido este tema a relucir en su carrera?
Muchas. Muchas. Cada uno tenemos nuestras características y si te falta algo lo tienes que suplir con otra cosa. Si no soy alto, tengo que dominar mejor el juego con el pie, tengo que ser más hábil y rápido en la portería. Suples unas carencias con otras virtudes. Esta ha sido mi tónica durante toda mi carrera, teniendo que demostrar siempre, siendo muy competitivo e intentando hacer ver siempre que puedo ser portero a pesar de no medir dos metros.
La frase "este portero es muy pequeño"...
La he escuchado mucho y me puede haber pasado un poco de factura en momentos determinados. No me puedo quedar en la lamentación. Suplo esa falta de altura con otras virtudes. Así ha sido siempre mi vida deportiva. Me quedan cosas por mejorar y siempre quieres evitar los errores y para eso trabajamos.
Lo que se ha podido ver en entrenamientos y partidos es que es muy mandón, que los compañeros le escuchan bastante bien.
Es otra de las cosas que tienes que suplir. Me gusta mucho hablar a los compañeros, que sepan que me tiene detrás, que voy a situarles y que voy a estar atento para que no se relajen. Me gusta mucho y considero que es muy importante que el portero organice al equipo porque evita muchos problemas.
Con todo ese cóctel, de lo que puede presumir es de ser uno de los jugadores más laureados de Segunda B. ¿Cuántos más tienen una Liga y una Copa de la UEFA como usted?
Tuve suerte porque en mi primer año como profesional en el Valencia fue la mejor temporada en la historia del club. Cierto es que participé muy poco, solo un partido en Liga, pero estaba en esa plantilla, participaba en entrenamientos y viajes y nadie me lo regaló. Tuve la suerte de estar allí, pero lo hice por méritos propios. Fue una experiencia maravillosa.
También, ya en Segunda B, vivió hace un par de temporadas la experiencia de quedarse a un paso del ascenso con el Ontinyent cuando en el último minuto de la última eliminatoria les dejó sin Segunda División el Alcorcón.
Hasta el final. Fue una lástima. Teníamos el partido ganado y se nos fue en el minuto 95. Ojalá este año podamos volver a llegar hasta ahí y conseguirlo porque tenemos equipo y afición para lograrlo y estamos trabajando para ello.
Habiendo pasado por una plaza tan complicada como la de Valencia, donde la afición es incluso excesivamente exigente, ¿qué le parece la forma de vivir el fútbol en el entorno alavesista?
Se nota que la gente quiere que el club esté en una categoría superior. El Alavés ha conseguido logros muy importantes y es normal que el aficionado quiera que el equipo vaya para arriba. La ciudad también lo necesita y eso nosotros lo palpamos y lo sabemos. No hemos venido aquí para pasar el rato, entrenar, irnos a casa y ya está. Aquí hay una exigencia, así nos lo han marcado y los sabemos desde que llegamos. Si no quisiéramos esta exigencia, estaríamos en otros clubes mucho más tranquilos. Yo soy competitivo al máximo y me gusta esa exigencia.
Fuente: www.noticiasdealava.com

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