viernes, 6 de mayo de 2011

DIEGO ALVES, CON 9 AÑOS Y VIENDO A TAFFAREL EN LA FINAL DEL MUNDIAL, DESCUBRIO LA IMPORTANCIA DEL PORTERO


El 17 de julio de 1994, un niño de nueve años llamado Diego Alves veía la televisión extasiado. "Fue el día en que descubrí la importancia de los porteros", asegura el guardameta del Almería, nacido en Río de Janeiro en 1985. Aquel día, Brasil e Italia dilucidaron a penaltis el Mundial de EEUU, que cayó del lado sudamericano. "Taffarel paró dos y el último lo tiro fuera Baggio. Recuerdo la alegría de la gente, que estuvo tres días de fiesta", rememora. Años después, Alves -que admite que Taffarel pudo influir en que ahora tenga unos guantes soldados a las manos- se convirtió en el primer portero brasileño en jugar en la Primera División española. Y nadie para tanto como él.
Antes de comenzar a frustrar delanteros, aunque estos fueran sus amigos del barrio, Alves tuvo que seguir a su padre por el país. "Nací en Río, pero no soy el típico carioca. Mi padre trabajaba en el comercio y siempre que salía algo en algún lugar teníamos que ir para allá", señala. Sâo José de los Campos, Maceió, Belén... hasta llegar a Ribeirao Preto, "la tierra de mis padres", donde se instalaron y Alves comenzó a detener balones. "Siempre me gustó ser portero. De pequeñito andaba tirándome por todos lados. Al principio era demasiado pequeño, así que jugaba al fútbol sala, hasta que un día faltaba el portero en un partido y me puse yo. A los 15, comencé a jugar en serio y a los 16 firmé mi primer contrato profesional", aclara.


Alves estaba predispuesto a oír los cantos de sirena del viejo continente: "Siempre tuve claro que quería jugar en Europa. Cuando empezaron a llegar ofertas esperé hasta ver cuál era la mejor para mi antiguo club [el Atlético Mineiro]". En 2007, cruzó el charco. "No sabía nada del Almería. Había brasileños en el equipo, como Felipe Melo, y hablé con ellos para ver cómo era el club y la ciudad", rememora. Aterrizó en España, junto a su esposa, con 21 años -"mi vida ha ido muy rápido", reconoce- y comenzó su adaptación peleándose con el castellano, un idioma que habla con fluidez cuatro años después. Pero a Aves lo que le enorgullece es su condición de pionero como guardameta brasileño. "Desde que llegué me he ganado la admiración y el respeto de mucha gente en una liga espectacular como la española", sostiene. Pese a su buena marcha en lo personal, el Almería se encuentra en una situación agónica: último de la tabla, a 12 puntos de la salvación con cuatro partidos por jugarse, agarrados a una utopía que solo pende del golaverage. "Soy realista, pero hay que intentarlo mientras sea posible", se resigna.

Su tranquila vida personal -"me gusta mucho estar en casa y Almería es una ciudad pequeñita en la que no hay muchas cosas que hacer", afirma- contrasta con su ajetreada actividad entre los palos del equipo. El Almería es el equipo de la Liga que promedia más paradas por partido (4,79), más del doble que el Barcelona (2,32): "Son cosas normales en equipos humildes. Si te tiran 20 veces, tienes que intentar parar las 20... O al menos 18 ó 19". Para eso le alcanza con el talento y el trabajo: "Después de cada partido, lo primero que hago al llegar a casa es verlo para corregir errores y luego comentarlos con los técnicos". Sus dotes innatas afloran, por ejemplo, en su capacidad para detener penaltis. "Es intuición. No es que estudie demasiado a los rivales porque, además, un jugador te puede cambiar el lugar del tiro en cualquier momento", explica, después de haber parado 10 de los 16 que le han lanzado desde su llegada a España.

Pese a ser el segundo portero más goleado de la competición, con 58 tantos encajados, varios equipos han llamado a su puerta: "Se ha hablado de muchas ofertas y parece que la del Valencia podría ir más en serio, pero ahora estoy centrado en los partidos que quedan".

Fuente: www.elpais.com

1 comentario:

  1. Alves es un pedazo de portero. Tiene mucho futuro y seguro que lo hará muy bien en el Valencia. Suerte crack!!

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