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MIGUEL BAÑUZ SE INCORPORA A LA DISCIPLINA DEL BARÇA "B"
Miguel Bañuz (19 años) se convertirá el próximo año en el tercer guardameta del Barça B por detrás de Oier, que estará a caballo entre el primer y segundo equipo, y Jordi Masip.
El ascenso de Bañuz viene dado por contrato, pero también por su buena temporada en el Juvenil A azulgrana, al que llegó la pasada campaña procedente del Elche.
Estuvo a punto de ser del Madrid
Bañuz se formó en la escuela de fútbol del Torrellano, lugar en el que estuvo desde los 4 hasta los 15 años. De allí, pasó al Elche, donde, según sus propias palabras aprendió “todo lo que sabe como portero” de la mano de grandes profesionales como "Rafa Pastor, Paco Herrero, Miguel Quirant y Marcos Abad", que supieron convertir este prometedor jugador, -de 1'85 de altura-, en un guardameta fiable en las jugadas a balón parado y muy ágil y con grandes reflejos bajo palos.
Se convirtió en un habitual de los entrenamientos del primer equipo del Elche desde los 16 años, tanto con Claudio Barragán como con José Bordalás, y llegó incluso a ser convocado con la selección española sub'17. El Real Madrid se interesó por su fichaje y quiso probar sus cualidades en un torneo amistoso, pero unos problemas burocráticos lo evitaron. Un año después, cosas del destino, sería el Barça quien acabaría logrando su incorporación.
En La Masia, Bañuz ha aprendido lo difícil que es estar fuera de casa, alejado de su ambiente, pero ha sabido valorar la oportunidad que se le presentó un día mientras cenaba con su familia. “Un día, mientras estábamos cenando todos juntos, mi padre me habló del interés del Barça. Me lo tuve que pensar, pero al final acepté. Ahora, y nada me lo tuve que pensar muy detenidamente y al final pues la acepté. Al principio fue difícil, pero conforme iban pasando los días me iba encontrando mucho mejor y ahora ya estoy totalmente adaptado a Barcelona”, confesó en una entrevista.
En la Ciudad Condal ha aprendido a ser mejor portero -reconoce que ha mejorado aspectos como la colocación o el juego de pies, algo que en su día calificó de “horroroso”-, fijándose en los profesionales del club azulgrana, especialmente de un Víctor Valdés al que idolatra: “Tiene unas cualidades técnicas que no le he visto a nadie. Ha sufrido mucho hasta llegar a donde está, recibió muchas críticas en sus inicios y hoy en día lo ves entrenar y te da la sensación de que vive cada momento como si fuera el último”, valora Bañuz, que también tiene en un pedestal al madridista Iker Casillas.
Un Padre Nuestro antes de empezar
Igual que muchos otros deportistas, Miguel Bañuz tiene una serie de supersticiones. Antes de cada partido, se coloca primero el guante derecho antes que el izquierdo y reza un Padre Nuestro antes de saltar al campo. También guarda una pulsera que le regaló un amigo y que le ha traído suerte cuando la ha necesitado.
En cuanto a sus virtudes y defectos, Bañuz confiesa que muchas veces es impuntual, que no es demasiado buen cocinero y que se muerde las uñas muy a menudo. En cambio, se considera sincero, trabajador y bromista, aunque poco habituado a salir de fiesta, algo que muchas veces le han “echado en cara” sus amigos, muchos de los cuales ha conocido a través del fútbol.
Fuente: Sport.es
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