Todo el mundo recuerda en qué fecha nació, pero nadie acertaría a describir cómo fue la experiencia. Hay personas que vuelven a nacer en vida, tras ser sometidos a un episodio traumático que les deja una considerable huella. En el caso de Petr Cech, su memoria tampoco le permite encontrar claridad sobre aquel impactante 14 de octubre de 2006, su otro cumpleaños, cuando Stephen Hunt le golpeó en la cabeza durante una pugna por un balón que el centrocampista del Reading no tenía que haber disputado jamás y le cambió el futuro para siempre a este portero checo que era famoso por su tremenda envergadura y su portentosa seguridad bajo los palos del Chelsea, pero que desde esa fatídica jornada pasó a ser el inconfundible guardameta del casco.
Muchos temieron por su supervivencia cuando se le diagnosticó una fractura de cráneo que podía dejarle graves secuelas neurológicas. Milagrosamente se recuperó, pero tardó tres meses en poder vestirse de corto. Para ese retorno ya tenía diseñada la nueva prenda de su atuendo: una adaptación del casco de rugby. Había muchas dudas acerca de la comodidad de la protección en un deporte tan diferente como el fútbol, pero Cech pronto demostró que sus cualidades no se veían alteradas y que el miedo a un cruce con un delantero terminaría pasando. Eso sí, su accidente abrió un debate en Inglaterra, sobre la indefensión de los cancerberos en esos duelos.
Cech recuperó un nivel que le había llevado a ser considerado como uno de los mejores especialistas del continente. Fue pieza clave en el gran Chelsea de José Mourinho, al que solo le faltó levantar la Copa de Europa en el conjunto de Stanford Bridge, logro alcanzado por Cech y sus compañeros este curso contra todo pronótico, en una final agónica, donde su juego defensivo se impuso a la iniciativa del Bayern de Munich, que actuaba como local. Cech fue decisivo tanto en el partido como en la tanda de penaltis que inclinó la balanza. Se resarció así de aquella otra final con sabor británico ante el Manchester United, donde el determinante fue Van der Sar.
Ha sido 79 veces internacional y fue condecorado en 2004 como el mejor portero del continente tras la Eurocopa de Portugal. Forma parte de una excelsa tríada de porteros continentales que se han disputado el podio a los mejores guantes en los últimos años, que conforma junto a Casillas y Buffon. Aunque la República Checa no pasa por su mejor momento, es una de esas selecciones que frecuentemente da que hablar por el dinamismo de sus elementos en las fases finales. Al menos bajo palos tienen a un elemento de máxima seguridad, que a sus 30 años ha alcanzado la plenitud, que curiosamente empezó como centrocampista cuando era niño pero al que una lesión le acabó desplazando al arco. Tras una parada intermedia en el Stade Rennais francés tras triunfar en su país, llegó al incipiente Chelsea que con Abramovic al frente ha hecho que Cech y el resto de sus compañeros 'blues', abracen todos los títulos en las Islas y el más grande de Europa.
Fuente: www.que.es
¿Por qué Peter Cech lleva en todos los partidos el gorro en la cabeza?
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