Salvo el partido del Vicente Calderón, reservado por Preciado en su política de rotaciones para las jornadas de miércoles, y en la Copa del Rey, por el mismo motivo, Juan Pablo fue el fijo en la portería del Sporting y el jugador que más minutos fue alineado por los tres técnicos que tuvo el banquillo rojiblanco esta temporada.
En un balance global de la temporada, el guardameta leonés fue de los destacados de la Liga rojiblanca. Juan Pablo, con un estilo sobrio y sencillo, fue en muchas ocasiones el mejor jugador del partido. Algunas actuaciones sirvieron para asegurar puntos. Dos ejemplos fueron las visitas del Atlético de Madrid y del Sevilla a El Molinón, en las que el cancerbero sportinguista llegó a desesperar a los delanteros rivales. Quizá su parada más estelar fue el penalti que detuvo a Muniaín en San Mamés, en el partido jugado en marzo.
Juan Pablo fue el portero más goleado de los habituales titulares en los equipos de Primera, con una media de 1,79 goles recibidos por partido. En las estadísticas influyó el rendimiento de la defensa, que se ganó el calificativo de suspenso, ya que provocó situaciones de descontrol que afectaron a la portería.
El cancerbero leonés cerró una temporada con bastantes más aciertos que errores. Un pero que se le puede poner es una de sus asignaturas pendientes, que es la decisión de salir de su zona en momentos puntuales y, sobre todo, en los centros laterales de sus rivales. En cualquier caso, la debilidad de la defensa fue un lastre que provocó una estadística negativa, ya que los rojiblancos fueron la segunda zaga más alta de Primera División, sólo superada por el Rayo Vallecano.
La trayectoria de Juan Pablo en el Sporting está marcada por la regularidad. En su primera temporada disputó todos los encuentros. En la segunda perdió el puesto poco antes de concluir la primera vuelta, en una fase en la que el equipo dio demasiados tumbos, con Preciado al borde de la destitución. En la actual mantuvo la regularidad, para acabar la competición con una espectacular actuación de La Rosaleda, en la despedida de la categoría.
En el reparto de notas por el rendimiento individual de la temporada, el portero leonés se ganó el notable, pese a las estadísticas tan adversas que tuvo el equipo.
Juan Pablo está llamado a ser uno de los pilares del sistema defensivo de los rojiblancos en la temporada en la que el conjunto gijonés intentará el retorno a la Liga de las Estrellas. Con el cambio de técnico, el leonés luchará por seguir en la portería, en competencia con Cuéllar.
Fuente: www.elcomercio.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario