Ni siquiera esta noche, en su partido de despedida, se enfureció o alteró, al menos de puertas hacia fuera. Dijo adiós confuso, como portero del equipo derrotado, pero siendo el auténtico héroe de la plantilla inglesa.
Muy hábil con los pies, salvó, aunque provisionalmente, el segundo gol del Barcelona, con un despeje al brasileño Dani Alves.
La superioridad del conjunto azulgrana sacó a relucir más aún su potencial. Desde las gradas se preguntaban si el Barça habría reventado el marcador en el caso de que otro arquero se hubiera ocupado de la puerta del Manchester.
Por lástima que sientan sus aficionados, van der Sar, de 40 años.Lo tiene claro.
Quiere dejar el puesto antes de su decadencia. Esa fue también la recomendación pública de su entrenador, Sir Alex Ferguson, quien anunció el martes que el reemplazo para el próximo año será David De Gea, cosa que el club aún no ha confirmado oficialmente.
Igual que en la final de 2008 en Moscú, van der Sar fue hombre clave en Wembley. Se marcha con la cabeza bien alta tras pararle los pies, en muchas de sus llegadas, al Barcelona, aunque el sabor el amargo para él esta noche.
Se va con una Copa de Europa, y no dos, junto al Manchester, la que él más que nadie entregó a la afición tras una tensa ronda de penaltis contra el Chelsea.
Ponderada su gran colocación bajo los palos, quien puso en entredicho su capacidad para detener penaltis, quedó en evidencia después de aquella final.
No era la primera vez, que Van der Sar le daba un título al United de esta manera: en 2007 y también contra el Chelsea, el holandés detuvo el penalti decisivo y su equipo ganó la 'Community Shield' (Supercopa).
Además de ganarlo todo antes en Holanda, con el Ajax, dio vueltas por el continente. Se fue al Juventus, donde duró poco, porque Gianluigi Buffon le pidió paso. Se lo cedió y su carrera parecía entrar en declive cuando firmó por el Fulham.
Alex Ferguson lo captó para la causa y desde entonces ha seguido haciendo historia para el club, igual que la iba haciendo con selección la "oranje", donde se instaló como tirano durante catorce años.
Además, había empezado pronto. Llegó a la portería del Ajax con 20 años. 226 partidos y nueve años después, Erwin van der Sar ha levantado 4 Ligas, 3 Copas, 1 Copa de la UEFA, 1 Liga de Campeones, 1 Supercopa de Europa y 1 Intercontinental. Con 29 años, muchos querrían tener ese palmarés.
Su etapa más gris fue en el Juventus. Jugó dos años en Turín, 66 partidos y por primera vez ni un título que llevarse a la boca.
Buffon, una figura emergente, venía fuerte desde atrás y decidió aprovechar una buena oferta del Fulham.
De Italia guarda el recuerdo de sus paisajes, de la Costa de Amalfi y del descubrimiento no de la pasta italiana, sino de la comida japonesa, del sushi y del picor del wasabi. Hasta en eso, Van der Sar es peculiar.
El Fulham hizo una fuerte apuesta por él, lo fichó por 10 millones de euros en 2001, y Erwin no defraudó. Para un equipo de la clase media-media de la Premier, su estrella estaba en la portería. Jugó 127 partidos en cuatro años y conquistó la Intertoto en 2002.
Cuando en el verano de 2005, Alex Ferguson llamó a su puerta, no se lo pensó ni un momento, y desde entonces Old Trafford empezó a descubrir las excelencias de un portero sin excesos.
Desde que llegó a Manchester, Edwin van der Sar no ha parado de ganar. Tres ligas, pero sobre todo la Liga de Campeones conquistada en Moscú. La que se podría haber llevado esta noche lo alegraría, lo ascendería, pero van der Sar ya está arriba. Lo ha estado, sobretodo, en su etapa más madura.
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