Quizás por ser un portero de total confianza sus errores cobran una dimensión especial. Por ello, y porque su mal despeje fue en el minuto 90 y fue a parar a los pies de Aritz Aduriz. Aquel fatal pase costó un punto a los blanquiazules, pero eso es 'pecata minuta' en comparación con las prestaciones que el Claudio Bravo ofrece al equipo de Martín Lasarte. Quienes no sigan semana tras semana a la Real Sociedad y tengan en la retina el error del chileno en el Mundial ante España, los cinco goles encajados frente al Barcelona o este último garrafal fallo ante el Valencia dirán que es un portero sobrevalorado, pero quienes ven domingo tras domingo a Bravo saben que es un señor portero.
Y es que, a pesar de haber recibido 26 goles en estas 16 primeras jornadas, el rendimiento del arquero estaba siendo espectacular, sobre todo hasta la visita al Camp Nou. En los catorce primeros partidos de Liga, Claudio Bravo ha dejado acciones para el recuerdo. En la primera jornada, sin ir más lejos, evitó que el Villarreal se llevase un punto de Anoeta con una enorme parada a Marco Ruben, mientras que ocho días más tarde tuvo dos espectaculares intervenciones en el estadio Juegos del Mediterráneo de Almería. Ante el Real Madrid, en Anoeta, fue un auténtico muro y únicamente una diabólica parábola de Di Maria y la espalda de Pepe, que desvió un libre directo de Cristiano Ronaldo, se escaparon de su alcance.
Tres semanas después, de nuevo en Anoeta, Bravo tuvo uno de sus mejores encuentros defendiendo los intereses blanquiazules. Cuando la Real ganaba, ya en el descuento, tuvo dos inolvidables intervenciones, una de ellas quitándole el balón de los pies a Álvaro cuando todo Anoeta pensaba que el esférico terminaría en las redes.
De nuevo en Anoeta, dos semanas después, Bravo fue una pesadilla para Riki y el Deportivo tampoco pudo batir al chileno. En Málaga, por su parte, a su habitual repertorio de seguridad en balones aéreos y reflejosbajo palos añadió su acierto desde los once metros, deteniendo un penalti a Apoño. Frente al Racing el apellido del cancerbero sudamericano volvió a ser coreado en el estadio de Amara, al igual que en el derbi, en el que en los primeros compases evitó el gol de San José.
Claudio Bravo, además, es un importante baluarte en el inicio del juego realista. Ayer mismo, Mikel González hablaba en estas mismas páginas del juego con los pies del chileno y señalaba que "tiene el mejor golpeo que nunca haya visto. De cien pases suele hacer los cien bien". Por ello, Bravo es el segundo guardameta que más veces ha intervenido de la máxima categoría, con 119 acciones en estos 16 partidos.
Pero, además, el chileno ha sido clave en la consecución de algún tanto realista, como es el caso del gol de Xabi Prieto en Gijón, el primero de los realistas y el germen de la remontada. Bravo no tuvo ningún problema para poner un medido pase de más de 70 metros en la espuela de Llorente para que el de Hondarribia cediese a Prieto al primer toque. Llorente estuvo brillante, tanto como Bravo.
Tobillo maltrecho
El único fallo relevante que se le recordaba a Bravo con los pies era ante el Elche la pasada temporada, cuando tras fallar en su recorte a un delantero rival tuvo que hacerle penalti. La Real se quedó con diez en esa jugada y perdió por la mínima aquel encuentro.
Lo cierto es que al chileno se le vio frente a los valencianos menos seguro que en otros partidos, sobre todo en el juego con los pies, donde demostró una precisión algo menor de la que nos tiene acostumbrados. Bravo también erró en una salida de puños a un balón al que parecía llegar con garantías y que despejó de manera defectuosa. Un fallo de concentración, al no estar mirando al campo cuando De la Bella le cedió un balón, sobresaltó a todo Anoeta, aunque la jugada no pasase a mayores.
Esa falta de seguridad en sí mismo que pudo ser que se viese el sábado en Bravo puede deberse a que el cancerbero se pasó la semana tocado por el esguince de tobillo que se produjo en el Nou Camp en la jugada del quinto gol blaugrana, marcado por Bojan.
Fuente: www.elmundodeportivo.com
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