lunes, 31 de enero de 2011

VICTOR VALDES ARRIBAS, EL PORTERO QUE SE ABURRE


Detrás de una gran delantera no tiene por qué haber un gran portero. Pero detrás de un gran equipo siempre lo hay. Y tener a un gran portero es un requisito imprescindible para un campeón. La calidad de Víctor Valdés está fuera de toda duda después de ganar tres trofeos Zamora al menos goleado en un Barça que ha encadenado los dos últimos título s. Y va camino de revalidar ese galardón y sumar el tercero consecutivo en una temporada en la que está viviendo con más placidez que nunca.
De más a menos
Además de ser el portero que menos goles ha encajado de la Liga (11 en 21 jornadas, casi medio gol por encuentro), Valdés es también el que menos para bajo los palos. El que menos interviene a lo largo de un partido. Apenas ha tenido que realizar 50 intervenciones. El meta azulgrana podría ya empezar a encargar en la joyería las plaquitas que regala a cada componente de la plantilla para compartir con sus compañeros el trofeo Zamora.
El índice de intervenciones de Valdés va decreciendo a medida que transcurren las jornadas. El día de mayor faena fue, precisamente, el primero, en el campo del Racing, cuando detuvo seis remates. Entre ellos, un penalti con 0-1 en el marcador. El segundo de mayor estrés que sufrió fue en la segunda jornada, frente al Hércules. Paró cinco balones pero encajó dos goles. Desde entonces, el trabajo ha ido menguando, hasta el punto de que frente al Sporting y la Real Sociedad ni siquiera tuvo que detener ninguna pelota bajo los palos.
Edición ImpresaEl sábado, ante el Hércules, el equipo que más goles le ha marcado en la Liga (dos), Valdés solo tuvo que intervenir en dos ocasiones, una en cada tiempo. Naturalmente, mantuvo la portería a cero, como ha sucedido en 11 de las 21 jornadas disputadas.
Cambios sin efectos
Más que parar, la principal actividad de Valdés reside en dar pases a sus compañeros. Es un jugador más en el circuito de combinaciones. Quince pases y dos paradas resumen en el Rico Pérez la actividad del meta, que ya ni se altera por la ausencia de Carles Puyol.
El grado de compenetración del equipo es tal que los numerosos cambios en la línea defensiva no alteran el arco de seguridad que protege al guardameta. Hasta 15 combinaciones distintas ha efectuado Guardiola. Incluso con tres defensas jugó el Barça un par de veces (contra el Sevilla y el Zaragoza) y no cambió la vida de Valdés: cero goles. Ha faltado Puyol, ha faltado Alves, los relevos han sido continuos, pero la rutina del meta no ha variado. Con el uniforme impecable, pasa por la Liga sin parar.
Fuente: www.elperiodico.com

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