Minuto 86 de la primera jornada de liga. El blanquinegro Urtzi hace penalti sobre Rituerto. Peligra el 0-1 a favor del Haro. Pericolo lanza y detiene Javi Pérez. Es el primer partido pero los tres puntos saben a final. El portero jarrero volvió a ser el héroe. En la mente de la afición las dos paradas de Pérez en los penaltis ante el Noja que en el 2010 le dieron al Haro el pase a la tercera fase del play off por el ascenso a 2ª B. Y también su acierto en la ronda final de la fase autonómica de la Copa Federación 2009, ante el Anguiano, que le valió la victoria a su equipo. Javier Pérez, jarrero de 24 años, comenzó con buen pie la presente campaña y fue toda una premonición.
Diez jornadas después, el guardameta del Haro es el menos goleado de toda España. Desde Primera hasta Tercera División existen 445 equipos y ningún otro portero ha encajado menos tantos que él, que solo cuenta con dos en contra. Hasta la quinta jornada de liga mantuvo su portería a cero, sumó 434 minutos imbatido hasta que un gol en propia meta ante el Vianés estrenó su casillero. Después, solo Sergio Domínguez, de la Oyonesa, ha logrado marcarle un gol.
Las entrevistas sobre la curiosidad de ser el portero menos goleado comienzan a abrumarle. Sobre todo porque, cuando no está entrenando, estudia para una oposición a profesor de Geografía e Historia en educación secundaria. «Para mí es un orgullo, pero me quito méritos. Solo tengo parte de culpa, el equipo está trabajando muy bien y sé que esto no va a durar eternamente», declara.
Pérez es licenciado en Historia por la Universidad del País Vasco, aunque se dedicó seriamente al deporte desde muy pequeño. «Me formé en Haro y cuando despunté en cadetes fui al Alavés. Allí pasé a juvenil, pegué un cambio físico radical porque crecí y adelgacé; pasé de entrenar haciendo el tonto a hacerlo como un profesional», recuerda. «Entonces decidí tomármelo en serio, pero eran muchos entrenamientos, más de los que hago ahora, y un gran sacrificio por parte de mi padre, que tenía que dejar de trabajar para llevarme a Vitoria», explica, «acabé quemado y regresé al Haro».
Su debut con el primer equipo fue toda una responsabilidad. En El Mazo, en la temporada en la que el Haro jugó en 2ª B, y ante el Alfaro. Perdieron 2-5 y Pérez tuvo que salir a intentar parar un penalti tras ser expulsado el portero titular. Desde entonces Javi Pérez no se ha movido del Haro. En las últimas temporadas ha compartido titularidad con Pascual y Triviño, pero ahora es indiscutible y, además, es el capitán. «Ya me he quitado, por fin, el calificativo de 'portero suplente' para ser 'el capitán'», bromea.
Algo de fortuna
En cuanto a la buena temporada de su equipo, con diez victorias y un empate en once jornadas, Pérez es prudente: «Veníamos de hacer una pretemporada con muchas dudas y no esperábamos estar tan arriba. La plantilla está confeccionada para intentar entrar en el 'play off' y ya nos equiparan con la SDL...».
Pérez no tiene un ídolo de infancia, no guarda pósters de Zubizarreta o Buyo, pero admira la agilidad con los pies de Valdés, la habilidad en el mano a mano de Casillas y el juego aéreo de Diego López. Todos ellos han recibido más goles que él durante la presente temporada.
Podría parecer que la trayectoria de Pérez en estos once partidos ha sido un camino de rosas, sobre todo a juzgar por el último partido. Ante el River Ebro, con el césped de El Mazo embarrado, terminó el choque con el traje limpio. Apenas tocó el balón en media docena de ocasiones, y sin necesidad de tirarse al suelo. Buena parte de culpa es de su defensa. Los partidos contra el Vianés, la Oyonesa o el Náxara no fueron tan fáciles. El momento más complicado de la temporada, no obstante, lo vivió en Calahorra. «Nos costó mucho ganar. Y tuvimos fortuna. Conocíamos un poco al jugador que tiró el penalti y pude pararlo. Ahí sí fui más determinante», reconoce Pérez.
Para su entrenador (y hasta hace tres temporadas su compañero en el vestuario), Roberto Ochoa, «Javi Pérez está adquiriendo mucha confianza y se le ve más centrado por la tranquilidad que otorgan los resultados». «Nadie se cree aquí nada por haber encajado solo dos goles, pero es cierto que ha aprendido mucho en las últimas dos temporadas, ha cogido mucha experiencia», explica.
El portero representa, además, el protagonismo que poco a poco está adquiriendo la cantera en las filas blanquinegras. «Por mí, ojalá todos los jugadores fueran de Haro», declara el entrenador, que añade un deseo, con cierto matiz de desconfianza: «Ojalá que en mayo estemos igual de contentos que ahora».
Fuente: www.larioja.com
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