La reposición adecuada de líquidos y electrolitos es un factor básico para lograr un buen rendimiento físico. Por lo tanto, los porteros deben intentar mantener un balance hídrico adecuado. Un gurdameta en un ambiente caluroso puede llegar a perder hasta 3 litros de líquido corporal. Estas cantidades pueden llegar a agotar la capacidad de regulación de la sed, de manera que esta deja de ser un estímulo adecuado y se puede producir deshidratación. Esta puede ser aún más intensa si hace calor. En consecuencia se produce una disminución del volumen circulante. Además se suele asociar a hipoglucemia y agotamiento de las reservas de glucosa muscular y hepática, lo que repercutiría negativamente en el rendimiento. Es por tanto importante reponer lo antes posible la pérdida de agua y energía.
Antes de salir al campo es conveniente administrar entre 300-500 ml de una bebida que contenga hidratos de carbono.
Durante el partido, los futbolistas deben tomar cada hora entre 800-1000 ml de una bebida que contenga hidratos de carbono y de sodio. A lo largo de un partido intenso también se pierde sodio con el sudor, y si la tasa de sudoración es alta, también es necesario ingerir suficiente sodio. Este mineral se utiliza para mejorar el sabor de la bebida y además estimula la absorción del agua y los carbohidratos.
Al finalizar el partido, los deportistas suelen acabar con un déficit de líquido y de glucógeno. Deberían intentar restaurar cuanto antes las sustancias perdidas.
Los líquidos, sea cual sea su temperatura, siempre tienen efectos positivos. Y en cuanto a los hidratos de carbono, cuanto antes se inicie la toma de los mismos, mejor resultado se obtendrá en el restablecimiento del glucógeno hepático y muscular.
La forma de administrar los líquidos perdidos en el fútbol no puede ser rigurosa, dado que hay notables diferencias entre los deportistas (tasa de sudación, absorción de líquidos...) , en la intensidad del esfuerzo, temperatura y humedad ambientales... Todo esto hace casi imposible predecir las necesidades hídricas y energéticas de forma exacta. Como pauta general se recomienda ingerir bebidas que contengan 5-10% de carbohidratos y 30-40 meq/litro de sodio.
Antes de salir al campo es conveniente administrar entre 300-500 ml de una bebida que contenga hidratos de carbono.
Durante el partido, los futbolistas deben tomar cada hora entre 800-1000 ml de una bebida que contenga hidratos de carbono y de sodio. A lo largo de un partido intenso también se pierde sodio con el sudor, y si la tasa de sudoración es alta, también es necesario ingerir suficiente sodio. Este mineral se utiliza para mejorar el sabor de la bebida y además estimula la absorción del agua y los carbohidratos.
Al finalizar el partido, los deportistas suelen acabar con un déficit de líquido y de glucógeno. Deberían intentar restaurar cuanto antes las sustancias perdidas.
Los líquidos, sea cual sea su temperatura, siempre tienen efectos positivos. Y en cuanto a los hidratos de carbono, cuanto antes se inicie la toma de los mismos, mejor resultado se obtendrá en el restablecimiento del glucógeno hepático y muscular.
La forma de administrar los líquidos perdidos en el fútbol no puede ser rigurosa, dado que hay notables diferencias entre los deportistas (tasa de sudación, absorción de líquidos...) , en la intensidad del esfuerzo, temperatura y humedad ambientales... Todo esto hace casi imposible predecir las necesidades hídricas y energéticas de forma exacta. Como pauta general se recomienda ingerir bebidas que contengan 5-10% de carbohidratos y 30-40 meq/litro de sodio.
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