Gorka Iraizoz vive su peor momento como portero del Athletic desde que retornara a Lezama en el año 2007 a cambio de 4 millones de euros.
Los errores cometidos en las últimas semanas ante Zaragoza, Levante o Betis han sepultado el excelente primer tramo de temporada que realizó el guardameta. Teniendo en cuenta el empeño algunos periodistas bilbaínos por cuestionar continuamente su valía y la escasa paciencia del respetable rojiblanco con la portería, era cuestión de tiempo que el juicio público se celebrase.
La causa se ofició, tras otro partido calamitoso del navarro, que falló estrepitosamente en los dos primeros goles visitantes y protagonizó varias escenas de suspense con el balón en los pies que desesperaron a una afición angustiada por las urgencias. Antes del primer gol se inició el 'run-run'; con el tanto de Moreno comenzaron los pitos y tras la tierna salida del meta en el segundo, la gran mayoría pagó su frustración contra él, tanto en San Mamés como en las redes sociales.
Iraizoz aterrizó en Bilbao con una buena carta de presentación. Había sido el portero titular del Eibar que casi asciende a Primera División en 2003 y comandó, con actuaciones espectaculares, el Espanyol que alcanzó la Final de la Copa de la UEFA tres temporadas después.
Su andadura como rojiblanco comenzó bien, pero una lesión al principio de Liga le hizo perderse la mayoría del curso. Desde entonces, la irregularidad ha sido constante. Si bien es cierto que ha realizado partidos a un gran nivel, no lo es menos que ha firmado demasiados a renuncios, alguno especialmente desafortunado.
Tampoco es que el contrato que firmó en su día ayude en esta situación. Iraizoz tiene un sueldo de arquero monumental (casi 1'5 millones más variables), muy por encima de sus prestaciones, logrado gracias a engordar un rumor que le situó en su día en la órbita del Barcelona.
Ya entonces hubo voces muy críticas ante la ampliación contractual. Aquello pesó cuando el equipo peleaba por Europa, así que ahora, a seis puntos del descenso, pesa más.
Falta de previsión
La petición unánime de prensa y afición sitúa al Athletic en una encrucijada que tarde o temprano tenía que llegar.
La confianza ciega depositada en Iraizoz parece haber nublado la visión de los técnicos del club, que no han preparado un terreno de garantías por si algún día el navarro tenía que ser sustituido. El segundo en el primer equipo es Raúl, que con 24 años apenas suma experiencia en la élite.
Hay que echar la vista atrás casi cuatro temporadas para encontrar el último equipo donde el canterano jugó con regularidad. Fue en el Granada, donde no fue titular indiscutible, igual que en el Conquense un año antes. Con poco más de 60 partidos en Segunda B, sin experiencia en la categoría de Plata y apenas minutos con el Athletic (9 partidos en 3 años, la mayoría sin nada en juego,) no parece que haya mucha confianza en él ni que esté realmente preparado para tomar el mando de una portería que pesa tanto.
Tampoco en el filial se puede rascar mucho. Serantes estaba completando un curso excelente, pero se lesionó de gravedad y será baja lo que resta de temporada, así que las llaves de los 'cachorros' están a cargo del portero suplente, Magunazelaia.
Con este panorama, la mayoría apuesta por ascender a Kepa Arrizabalaga, la gran promesa de la factoría rojiblanca que, con apenas 18 primaveras recién cumplidas, y pese a jugar en el Basconia, ya ha debutado con la selección sub-21.
Todo hace indicar que el de Ondarroa será dueño y señor de la portería en el futuro, pero habría que valorar el riesgo de dar un salto tan grande en esta situación.
El puesto de portero es probablemente el más difícil para asentarse de todo el fútbol y son muy pocos los casos de guardametas que ocupan porterías de Primera teniendo menos de 20 años.
La experiencia es necesaria y Kepa ni siquiera ha debutado con el filial. Incluso Casillas y De Gea, ejemplos de precocidad bajo palos, eran titulares en sus filiales antes de dar el salto. Cargar tanta responsabilidad sobre los hombros del portero del Baskonia en un contexto tan delicado sería más un ejercicio de irresponsabilidad que de valentía, además de un riesgo innecesario.
La mala gestión con el tema del portero se puede comprobar con los casos de Herrerín y Aitor Fernández, ambos con edad y experiencia suficiente para discutir el puesto a Iraizoz y que sin embargo, defienden la elástica de otros equipos.
El primero es titular en el Numancia y el segundo acaba de fichar por el Villarreal tras bordarlo en el primer tramo de la temporada con el Barakaldo. Ambos pudieron volver en invierno y no lo hicieron. Independientemente de lo que pase con Iraizoz, puede que este nuevo debate sirva al menos para darle a la figura del portero suplente la importancia que se merece.
Fuente: www.vavel.com
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