Cuando la megafonía anunció la plantilla del Oviedo en el partido de presentación el jueves más de uno echó de menos un nombre. El de Oinatz Aulestia, portero indiscutible en los últimos cuatro años. El héroe de la meta en la etapa más dura del oviedismo puso rumbo a Cádiz dejando huérfana la portería. Para llenar su vacío han llegado dos porteros con características muy diferentes.
El impulsivo Dani Barrio (Gijón, 1987) responde al perfil de portero joven y ambicioso con ganas de despuntar desde el primer minuto. Francisco Javier Lledó (Coria del Río, Sevilla, 1979) es la antítesis: un guardameta sobrio y experimentado para el que la tranquilidad es su mejor virtud.
El escaso público que se dio cita en el Tartiere pudo verlos en acción el jueves. Para poner más picante al asunto, mientras Lledó y Dani Barrio debutaban, Aulestia era ensalzado por la afición gaditana deteniendo tres penaltis al Udinese, equipo de Liga de Campeones, en la semifinal del «Carranza». «Aulestia era un referente aquí y es normal que la gente mire con lupa la portería, pero nosotros no debemos darle mayor importancia», explica Dani Barrio con naturalidad.
El gijonés fue el primero en firmar con los azules. Su rol parecía destinado a ser la alternativa de Aulestia, al que sus cuatro años en el club le daban un cuerpo de ventaja. Después, la salida del vasco se precipitó. ¿Buenas noticias para el asturiano de cara a la titularidad? Barrio desconfía: «Llegar a un club donde un portero lleva tanto tiempo siendo indiscutible es complicado, pero nunca sabes si su salida te puede beneficiar».
La marcha de Aulestia a Cádiz en busca del cariño que le faltó por parte del club tuvo como consecuencia inmediata la llegada de Lledó. «Sonaron muchos nombres en su momento. A Lledó no lo conocía personalmente, pero le seguía la pista. Tiene experiencia, es seguro y maneja las dos piernas. Admiro su aplomo en la portería, algo que quizá los porteros jóvenes no tenemos», analiza Dani Barrio.
El ciclo de Lledó en Oviedo es aún más corto, todavía se considera un recién llegado. «Es una bendición entrenar con este clima», afirma señalando las nubes de El Requexón. El andaluz ha cambiado los cuarenta grados por los cielos encapotados del verano asturiano para ganarse un puesto en el once. «No conocía a Dani Barrio», reconoce Lledó, «pero en estos entrenamientos le he visto muchas cualidades. Es joven y con ganas de aprender. Son factores que me ayudarán a mejorar. Siempre estoy reciclándome».
Los informes de Xavi Moré y del ex internacional español César le han servido al andaluz para acelerar su integración. Algo parecido le ha ocurrido a Dani Barrio con Pascual y Pablo Espina, con los que coincidió en el Ribadesella, aunque el portero también ha hecho migas con otro de los nuevos: «Me llevo muy bien con Martins. Lo tengo sentado al lado y es muy simpático. ¡Puedes estar con él media hora y no calla!», señala Barrio entre risas. «Éste es un grupo bueno, muy sano», sentencia Lledó.
De lo que no hay dudas es de su integración en el esquema de Pacheta. Al igual que el resto de los nuevos, Lledó y Barrio han encajado con naturalidad. «Pacheta me pide que juegue lejos de la portería, como siempre he hecho. Alguna vez recibiré goles por estar adelantado, pero de diez ocasiones nueve las solventas por la colocación. Todos estamos asimilando rápido las ideas del entrenador», comenta el sevillano. «Es normal que se busque dar continuidad a la fórmula que triunfó al final de la temporada pasada. Somos un conjunto agresivo. Incluso el Lugo se sorprendió en el amistoso de Ribadeo», añade el asturiano.
Fuente:www.ine.com
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