Como tengo la suerte (o la desgracia) de seguir siendo un guiri, me gusta a veces evadirme de la realidad española y mirar las cosas desde una perspectiva ajena. Como si estuviera pisando esta bonita tierra por primera vez y no hubiera sido influenciado por mi vida madrileña. Lo acabo de hacer al reflexionar sobre todo lo que se ha dicho, pensado, escrito últimamente a propósito de Iker Casillas. En serio, con todo el cariño del mundo y el respeto que tengo por este país, le puedo asegurar que, en España, se ha hecho el ridículo poniendo en duda la calidad del mejor portero del planeta. Sé que aquí se puede pitar el himno y también menospreciar al primer ciudadano español en haber levantado una Copa del Mundo pero, repito, visto desde fuera, tal comportamiento es totalmente inexplicable.
Porque, además, el capitán del Madrid y de la Selección es mucho más que un portero. Los niños se suelen enamorar futbolísticamente de los delanteros que marcan muchos goles y que se lucen celebrándolos. Y se puede entender. Pero normalmente los porteros gustan a los niños ¡Que juegan de porteros ! Sin embargo Iker es diferente, se ha convertido en verdadero ídolo de masas. Será por algo ¿no?.
Fuente: Articulo de Frédéric Hermel en www.as.com
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