En el presente artículo hablaremos acerca de las presiones que recaen sobre los arqueros de fútbol, especialmente las relacionadas con los padres de los futbolistas en formación.
En primer lugar un factor que inquieta y que funciona como una presión para los arqueros de fútbol, sobretodo para los que recién están empezando, es el hecho de ser vistos como diferentes del resto del equipo. Por este motivo muchas veces son objeto de críticas o de discriminación, lo que da lugar a que la mira siempre esté puesta sobre él.
De entrada concebimos que es fundamental que todos los integrantes de cuerpo técnico, los jugadores e incluso los padres de los jugadores, sepan que la responsabilidad que le compete al arquero no es mayor que la de los demás jugadores. Es decir, él es parte integrante de un equipo que contribuye para el buen desempeño del mismo, pero no es el único. Por este motivo no debe caerse en que la exclusiva responsabilidad del resultado es del arquero, ni siquiera en que es del técnico o de los demás jugadores. Cada uno es un actor que cumple un rol desde su lugar y trata de aportar lo mejor de sí para el equipo, por lo tanto las responsabilidades deben ser distribuidas por igual.
En segundo lugar queremos mencionar otro factor que ejerce presión sobre los arqueros y que generalmente no es tenido en cuenta por los clubes de fútbol. Este factor se vincula a la incertidumbre que se genera en los padres de los jugadores debido al desconocimiento de las actividades que realizan o que realizarán sus hijos en el club al que pertenecen. Para que esto no suceda proponemos que el equipo técnico realice charlas periódicas con los padres donde ciertas cuestiones puedan ser habladas. Es importante que ellos sepan que son modelos para sus hijos, y que sus actitudes y su forma de proceder funcionan a la manera de un espejo en el cual los futbolistas en formación se ven reflejados.
Muchas veces sucede que los padres ponen el énfasis en los resultados que obtienen sus hijos en lugar de poner el acento en el buen desempeño de los mismos, y si los resultados no son favorables puede que dejen de acompañar a sus hijos, lo reten y/o los maltraten psicológicamente como si fuera una cuestión de vida o muerte. Esto no es para nada recomendable puesto que sus hijos se sienten presionados de tal manera que no pueden disfrutar de lo que hacen, y el disfrute de la actividad deportiva es una pieza clave para los futbolistas en formación. Si no pueden disfrutar de jugar al fútbol, especialmente cuando son chicos, se van a angustiar, lo van a sentir como una carga pesada sobre sus espaldas y el miedo al error propiciará los mismos, y esto no es precisamente lo queremos para nuestros hijos.
Los padres deben saber que hay 3 funciones que pueden cumplir: pueden hacer de entrenadores y gritarle o decirle a sus hijos lo que deben hacer dentro de la cancha, pueden hacer de hinchas y alentar o amenazar, o pueden hacer de padres. Nos quedamos con esta última alternativa. Aunque parezca redundante, los padres son padres y ese es el papel que deben efectuar. No deben pasar por encima de la figura del entrenador, ni ponerse en el lugar "fanático" de un hincha, ya que de este modo la presión recae sobre su hijos.
Entendemos que el bienestar físico también debe ir acompañado del bienestar psíquico. Por eso mismo consideramos que es importante que dentro del club haya lugar para que el arquero pueda expresar sus temores y sus preocupaciones. Esto último sumado al esfuerzo y la dedicación en los entrenamientos seguramente propiciará que el arquero se sienta con una mayor tranquilidad y confianza en sus propias capacidades, y si por algún razón no juega es preciso que sepa esperar, se arme de paciencia, y centre el foco en el trabajo día a día para que la presión la tenga no él sino el técnico del equipo, para que este último sepa que puede contar con él en el momento en que lo necesite.
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