miércoles, 13 de junio de 2012

EL IRREFRENABLE MIEDO EN LA MEMORIA DE PETR CECH


Desde que en 2006 el meta checo del Chelsea fuera intervenido de un hundimiento craneal que le obliga a usar un casco deportivo en todos los partidos, los instintos dominan su juego. La República Checa sumó su primera victoria en la Eurocopa 2012 contra Grecia pero el partido deja la anécdota del gol griego en un clamoroso fallo de Petr Cech. El condicionamiento clásico, conducta psicológica, explica la fobia del portero. Ganar la Champions League con el Chelsea en un año que nadie les daba como favoritos al título ha servido a Petr Cech (Pilsen, mayo 1982) para volver a subir al Olimpo de los porteros más destacados del panorama deportivo. Un sitio del que nunca debió salir, pues el guardameta checo posee unas cualidades envidiables para cualquier portero. Sin embargo, una inoportuna lesión en el invierno de 2006 con el Chelsea frenó su rendimiento en seco y le provocó cambiar su hábito de juego. 


 El 14 de octubre el Chelsea se enfrentaba al Reading en Premier League. No había superado el primer minuto de juego cuando Stephen Hunt impactaba sin voluntad alguna con la rodilla en la cabeza de Cech. El árbitro señaló falta mientras el guardameta permanecía inmóvil en el suelo, en un segundo plano. Las asistencias sanitarias trasladaron de inmediato a Cech al hospital. El diagnóstico: fractura del cráneo. Tras ser intervenido quirúrgicamente de la lesión craneal, el Chelsea emitió un comunicado donde informaba de que Cech no tenía fecha de regreso a los terrenos de juego pero que había alguna posibilidad de que lo hiciera en un plazo de tres meses. Con voluntad, el guardameta checo recortó los tiempos y en dos meses volvió a enfundarse la elástica del Chelsea. 









 El regreso de Cech se produjo en enero de 2007, contra el Liverpool. Volvió con un casco característico de los jugadores de rugby, con el fin de servir de protección extra, acolchado con espuma de polímero de plástico, para cubrir las áreas de su cráneo debilitadas por la colisión. En un principio, el portero necesitaba del uso del casco para unos meses pero era tal la seguridad que sentía con ello que ha decidido convertirlo en una rutina. 


La confianza en el estilo de juego de Petr Cech ha descendido año a año. A pesar de estar entre los diez mejores guardametas del mundo, es inevitable que el guardameta checo haya visto disminuida sus capacidades por culpa del impacto. En el segundo encuentro del Grupo A de la Eurocopa 2012 que enfrentaba a Grecia y a República Checa se ha podido ver cómo, aún a día de hoy, la lesión craneal afecta en el rendimiento de Cech. República Checa ganaba por 2-0 frente a Grecia, que sin merecerlo, encontraba premio tras un garrafal error de Cech en un centro sin peligro desde la banda izquierda. Theofanis Gekas se aprovechaba de los temores del portero del Chelsea en una acción desafortunada pero llena de lógica y de explicaciones para reducir distancias en el marcador. El gol que encaja Cech tiene una explicación sencilla. El miedo se adueña de sus decisiones. El temor por impactar con la cabeza en las extremidades de su defensor le impulsa a dejar correr el esférico y permitir inconscientemente que llegue hasta Gekas. Se trata de un estímulo involuntario, que le impide hacerse con el balón por el temor a repetir el incidente de 2006. Psicológicamente encuentra respuesta mediante el condicionamiento. Consiste en aprender a responder de un modo nuevo ante un estímulo que de forma innata no provocaba la respuesta en cuestión. Se trata de una conducta automática. En las imágenes puede verse como Cech va con total seguridad a blocar el balón pero en el momento que ve de reojo la aparición de su compañero se aparta inconscientemente para evitar el contacto. 


 El condicionamiento clásico tiene un mecanismo muy básico, hay un estímulo exterior (en este caso es la rodilla del compañero, o el peligro de chocar) que en la mayoría de la gente no provoca ninguna respuesta, y por eso se denomina estímulo neutro, porque está "vacío", de por sí no tienen por qué provocar ninguna respuesta. e produce en el momento en que ese estímulo neutro pasa a tener significado, y produce una respuesta en el sujeto. No es el primer error de Cech en la presente edición de la Eurocopa. En el primer partido con su selección, Cech encajaba un gol tras fallar en una salida para tapar el disparo de Shirokov. Una vez más, el miedo a poder entrar en contacto con el pie del mediocentro ruso le hace perder la batalla.  





 Tomando como referencia el experimento que Ivan Pavlov, fisiólogo y psicólogo de origen, hizo con animales se puede explicar el comportamiento de Petr Cech. Comprobó que los perros salivaban (es la respuesta incondicionada) ante la comida (lo que recibe el nombre de estímulo incondicionado). Pavlov empezó a tocar una campana (que en principio no producía ningún efecto en los perros) con la comida. Al cabo de un tiempo, los perros ya salivaban con la campana. Ese estímulo neutro (campana en los perros) se empezó a asociar directamente con la respuesta incodicionada (reflejo, salivar en perros). En el caso de Petr Cech, la mecánica es sencillo y sigue el mismo ejemplo. Cech se protege con las manos como respuesta incondicionada ante el dolor o una evidencia real de un golpe, lo que recibe el nombre de estímulo incondicionado. El estímulo neutro en Cech es la jugada donde se tira a por el balón ante rivales o compañeros y se asocia con la respuesta incondicionada, que es la protección. 


  Esta reacción no es para menos si se detalla como fue el proceso de recuperación de Petr Cech una vez que superó la intervención quirúrgica. Mientras le retiraban del terreno de juego, los ATS eran conscientes de la gravedad de la lesión pero no hasta tal punto como se pudo diagnosticar horas después de evaluar exhaustivamente el informe de lesiones. Cech estuvo padeciendo durante semanas intensos dolores de cabeza, similares a las jaquecas, de forma continua. Los médicos informaron de que el guardameta pudo temer por su vida, ya que el impacto con la rodilla de Hunt podía considerarse mortal. Mientras que Cech asumía con una sonrisa que su regreso era cuestión de escaso tiempo, los médicos le advertían de la precaución que debía de tener y que respetara los plazos ya que una nueva colisión podía ser mortal. “Tiene suerte de estar vivo”, declaró un impactado José Mourinho, entrenador del Chelsea por aquel entonces, en a colación de la lesión craneal de Cech. En una entrevista para televisión del Chelsea, Cech reconoció que no guarda recuerdos de cómo se produjo la lesión en sí ni las horas posteriores al impacto.
Fuente: www.vavel.com

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